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miércoles, 7 de mayo de 2014

La prensa americana esta de moda; The Newsroom





Los que me conocen saben que no soy para nada afín a los Estados Unidos de América, incluso me podrían calificar de talibán o como me bautizaron en una ocasión "Yankofobo". No les falta razón, suelo ser bastante crítico con la superpotencia por excelencia y reconozco que en algunas ocasiones de manera irracional pero también es paradigmático que aunque me sería imposible vivir en ninguno de los 51 estados (incluyendo Puerto Rico) siento especial interés por la actualidad americana, su forma de vida y el juicio que su sociedad tiene de sí misma.

Por esta razón series como The Newsroom me resultan tan atractivas, series que analizan la sociedad y cultura americana de una manera amena pero valiéndose de una trama compleja e inteligente, hay que reconocerlo, los americanos son únicos a la hora de publicitar su forma de vida.

Sin duda gran parte de este éxito se debe a una persona; Aaron Sorkins guionista y productor que lleva cosechando éxitos desde el estreno de "A few good men" en Broadway y más tarde con la aclamada serie de televisión "The west wing". Este creador (que no me importa reconocer que me tiene hipnotizado) suele tomarse su tiempo en llevar a cabo un proyecto, pero cada uno de ellos es un diamante en bruto, su capacidad para atrapar al espectador con sus historias cercanas, esos pequeños toques de humor, diálogos bien trabajados y la tensión que mantiene en vilo al espectador son la firma habitual de este gran creador.

The Newsroom narra el día a día de la redacción de noticia de ACN con su carismático presentador Will McAvoy (Jeff Daniels) a la cabeza. Si Sorkins ya analizo el punto de vista demócrata con su personaje el presidente Josiah Bartlet (Martin Sheen) ahora se lanza al lado republicano, mostrándonos quizás una imagen diferente a la acostumbrada, dejando de lado la figura del republicano creacionista, amigo de las armas, defensor de la pena de muerte y con la sospecha constante de la presencia de terroristas en el resto del globo.

Nos encontramos ante una serie que trata casos reales y cercanos a la actualidad, jugando con la realidad y la ficción y que ayuda a comprender el mundo del periodismo americano. Por la redacción de noticias de la ACN han pasado el Tea Party, la muerte de Osama Bin-laden, el movimiento “ocupa Wall Street”, la reelección del presidente Obama e incluso crímenes de guerra. Insisto, todo ello situaciones que el espectador conoce y recuerda lo cual ayuda a que el espectador no se separe del sillón (lo cual es meritorio pues duran alrededor de una hora) hasta el desenlace y lo que es más importante, deseando que llegue el siguiente episodio.

Esta serie es un claro ejemplo de que aún quedan productores y guionistas dispuestos a hacer televisión de calidad y por suerte cadenas que estén dispuestas a dejar un espacio para el disfrute de productos inteligentes y sobresalientes.

Tanto si a uno le gustan las series extranjeras como si no, puedo asegurar que The Newsroom no dejara con mal sabor de boca a nadie y los seguidores de la serie esperamos expectantes el estreno de la tercera temporada

miércoles, 8 de enero de 2014

John Adams, una agradable sorpresa








Aprovechando las fiestas navideñas me lance a ver la miniserie de siete capítulos “John Adams” un Biophic del que fue uno de los firmantes de la declaración de independencia norte americana y segundo presidente de dicha nación.

Una de las razones que me impulsaba a verla es la dirección a cargo de Tom Hooper, el cual hizo un trabajo magnifico con “Los miserables” pero por otra parte me asustaba la temática de la miniserie, se trataba de la época de la independencia, la cual los historiadores americanos (y por lo general el imaginario colectivo) ha mitificado hasta la extenuación llegando en ocasiones a cruzar la línea entre los hechos y la ficción. Esperaba un discurso totalmente vacío de sentido pero que fuera agradable a los oídos como ya nos acostumbró  Mel Gibson con “El patriota” me esperaba ver en fila uno tras otro los tópicos de dicha etapa, ver a unos colonos comportándose de forma ejemplar y a unos británicos comportarse como bestias.

Además los Biophics tienen cierto peligro, pues trata al personaje de una forma muy detallada, entrando en las cuestiones personales, la vida familiar, las actividades más ordinarias del día a día… esto suele llevar a que el espectador le acaba cogiendo cariño al personaje y justifique las acciones llevadas a cabo perdiendo todo el enfoque crítico.

Así pues al empezar la visualización empezaba a preparar mi sable para buscar cualquier mínimo error para desacreditarla y sin embargo…. No me fue posible.

Obviamente la serie tiene errores garrafales históricamente hablando, pero inmediatamente son cubiertos por grandes aciertos. “John Adams” no nos muestra esa versión maniquea de la época de independencia a la que ya estamos acostumbrados sino que nos muestra también los fallos de las colonias, el comportamiento de violencia desenfrenada en Boston llevada a cabo por los colonos y los matices políticos (asi como los defectos) de la recién creada nación.

Es meritorio que muestren con tanta claridad los conflictos internos del primer gobierno de estados unidos, el vacío de la figura del vicepresidente y también los diferentes caracteres de personajes como Washington (a mi parecer se podría haber tratado más a fondo) Jefferson o Hamilton.

La serie trata en profundidad temas que habitualmente no se han tenido en cuenta a la hora de llevar la temática de la independencia a la pequeña o gran pantalla, un ejemplo de ello es la cuestión crediticia y las dificultades del gobierno para impulsar una política económica y centralizada para el mantenimiento de la nación y en segundo lugar y con mayor importancia, la cuestión de la política exterior. En este último punto quizás veamos una mayor inundación de tópicos a la hora de tratar a la vieja Europa, a mi entender la degradación de la nobleza francesa se ha expuesto de una forma tan excesiva que roza la caricatura grotesca así como la visión de los holandeses, secos y parcos, de tal manera que parecen todos sacados de una obra de Rembrandt.

Una cuestión aparte seria el exceso cometido a la hora de retratar los personajes de Benjamin Franklin, en mi opinión de una manera tremendamente desacertada e injusta  y Thomas Jefferson el cual parece en ocasiones un antisistema.

Aun con todo y a grandes rasgos la serie me parece más que recomendable y en gran parte acertada históricamente (obviamente alcanzar la perfección en este aspecto es casi imposible) y bien caracterizada en general en cuanto a vestuario, comportamientos y formas se refiere.

Parece que los productores y guionistas americanos están empezando a observar bajo un ojo crítico su propia historia y a plasmarlo asi en sus obras cinematográfica.

Sinceramente es motivo de admiración y a su vez una grata sorpresa

domingo, 15 de diciembre de 2013

Calladitos estais mas guapos






Cada vez temo más por la democracia española.

España en 1978 firmaba (bueno, más bien firmaron sus representantes) la constitución que debía ser la guía para la transición de una dictadura hacia lo que se esperaba un largo y fructífero periodo democrático. Libertad de expresión, reunión, manifestación, libertad religiosa, derecho a voto, a la vivienda, a una educación y sanidad publica…. ¿Suena bien, verdad? Era la nueva España, libre y democrática que aspiraba a hacerse un hueco en la Europa moderna.

Los acontecimientos recientes hacen pensar que parte de esa constitución, de ese proyecto común va a quedar erradicado.

Se propone en el congreso de los diputados la llamada ley de seguridad ciudadana, la cual pretende que los ciudadanos puedan expresarse libremente evitando altercados. Es curioso, pensaba que lo que me garantizaba poder manifestarme de forma segura era la constitución española y no esta nueva ley que da la sensación que más que garantizarme que no me va a pasar nada por manifestarme, pretende en realidad callarme la boca.

Entre los artículos de la rebautizada como “Ley mordaza”  llama la atención las cantidades impuestas a modo de multa a aquellos que alteren el “orden público” como aquellos que no muestren su rostro (puedo llegar a entenderlo) pero lo que no puedo entender es  que por ejemplo se pene con 1000 euros de multa el filmar una carga policial o grabar a un anti disturbio golpeando a un manifestante.

Pero eso no es lo peor señores, porque manifestarse a partir de ahora saldrá caro, es decir, esta ley no es ni más ni menos que cobrar a los ciudadanos por ejercer un derecho constitucional, es decir, el gobierno del partido popular liderado por Mariano Rajoy está acabando con derechos constitucionales, para ser más específico, con el derecho de manifestación y con el de libertad de expresión, si señores el derecho a la libertad de expresión también, ya que como así consta en la ley “será sancionable con hasta 1000 euros las Injurias o calumnias a través de cualquier medio de difusión a las instituciones, autoridades, agentes y empleados públicos, así como su falta de respeto” es decir, manifiéstate pero calladito.

Pero mil euros no es lo peor que puede caer con esta nueva ley, por nuestra seguridad el gobierno ha decidido que se penalice con hasta 30.000 euros acciones tales como: Concentraciones no comunicadas ante instituciones del Estado como el Congreso, el Senado, los parlamentos autonómicos o los altos tribunales, aunque no tengan actividad y cuando se perturbe la seguridad ciudadana (rodea el congreso) “Obstruir a la autoridad en la ejecución de sus decisiones administrativas o judiciales” ( es decir, los desahucios) “Desobediencia o resistencia a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones y la negativa a identificarse” “Perturbación del orden en campaña electoral” “Falta de colaboración con la Policía en la averiguación o prevención del delito” “El botellón, cuando perturbe gravemente la tranquilidad ciudadana y no esté autorizado” y por último la más llamativa de todas, básicamente por su poca claridad “Ofensas o ultrajes a España, a las comunidades autónomas y entidades locales o a sus instituciones, símbolos, himnos o emblemas, efectuadas por cualquier medio”

A lo mejor son cosas mías pero me da la sensación que esta ley lo único que quiere es acallar a los ciudadanos. Señores, vivimos en un país de vergüenza, un país que se considera europeo y avanzado pero donde, insisto, manifestarse va a salir caro. Vivimos bajo un gobierno autoritario que no muestra ningún interés por mejorar la precaria situación de los ciudadanos españoles.

Me pregunto si esta acción anticonstitucional, antidemocrática y que atenta contra los derechos y libertades de los ciudadanos españoles está contemplada como ofensa y ultraje a España, porque de ser así, solo con recaudar las multas de políticos, banqueros y especuladores tenemos de sobre para pagar la deuda

sábado, 7 de diciembre de 2013

El gran "fake" Americano






Hace poco me encontraba revisando una serie que, a mi juicio, es de las mejores que se han creado y de las que todos los productores y guionistas deberían tomar ejemplo. “The west wing”o como se la conoce por aquí “El ala oeste de la casa blanca” es el relato de una administración demócrata bajo la presidencia de Josiah Bartlet, oriundo de New Hampshire y católico (un intento a mi parecer de fundir a Roosevelt y a Kennedy en un mismo personaje) que ha de enfrentarse a diferentes situaciones saliendo airoso (más o menos) de todas ellas, siendo un presidente ejemplar y demostrando que el pueblo americano es el más entregado y el más justo, sabiendo mantenerse unido ante toda adversidad.

La serie es bastante entretenida, pero si no se ve con un ojo crítico caemos en el peligro de creer que estados unidos es el paraíso terrenal cuando dista mucho de serlo. Estados Unidos ha demostrado ser una potencia falta de interés social y lo más seguro es que esto se deba a que los ciudadanos americanos actuales crean que socialdemócrata y comunista son sinónimos.

Esto por supuesto no es culpa de los ciudadanos, al menos no del todo, pues hay que reconocer que una de las plagas que sufre estados unidos en la actualidad es la de su deficiente educación, elitista y en algunos casos bastante deficiente

Cierto es que la educación primaria y secundaria corre en gran medida por parte del estado pero da la sensación de que lo realmente importante en el “High School” es el baile de graduación y poco más. No es de extrañar que los jóvenes americanos salgan de los institutos sin poder localizar Inglaterra en el mapa, pensando que España es México y en algunos casos sin conocer la teoría de la evolución, eso sí, saben recitar de carrerilla el juramento a la bandera y alguno con un poco de suerte conseguirá una beca por saber jugar bien al futbol.

La universidad ya es otro cantar, en primer lugar tendrás suerte de ir a alguna, bueno, suerte o unos padres dispuestos a hipotecarse por ti (lo cual es más que loable) ya que la universidad americana es elitista por naturaleza quedándose estancada en el tiempo de su fundación. Las carreras técnicas son fabulosas sin duda pero las humanidades se quedaron en la vieja Europa donde fueron cultivadas mientras que en el nuevo continente eran olvidadas.

Todo esto viene a colación de una pequeña pataleta de un servidor al ver que Obama a tres años de que finalice su presidencia no ha conseguido llevar a cabo su plan de salud pública, algo que Estados Unidos necesita con urgencia. El implantar una sanidad pública y gratuita en la primera potencia económica del mundo se ve como una misión imposible, hay mucho dinero en juego, las empresas farmacéutica no están dispuestas a dejar de lucrarse a costa de la vida del resto de americanos, me pregunto si entre las muchas carencias de la educación estadounidense se encontrara la del juramento hipocrático.

Es curioso que un país como Cuba, esos rojos vecinos del sur, la sanidad pública sea de las mejores del mundo mientras y que por ejemplo tiene una tasa de mortalidad infantil menor que Estados Unidos.

Parece que Estados Unidos está condenada a no tener un servicio gratuito de sanidad, supongo que el derecho a portar armas debe de tener mayor peso en su constitución que la de una sanidad para todos.

Creímos que era posible pero nos han vuelto a colar otro “fake”